martes, 28 de junio de 2011

CÉSPEDES BAJO LA NIEVE


Si bien las lluvias son una bendición para muchos, sobre todo para la gente del campo, la nieve que la acompañó en esta ocasión, sobre todo en la parte alta del Río Illapel, trajo consigo algunas complicaciones, como por ejemplo que el pasto que alimenta al ganado fuera cubierto.

Céspedes es una de las últimas localidades con habitantes en el sector alto del Río.
El tema en la comuna de Illapel, en esta oportunidad, se agrava puesto la sequía que antecedió las mencionadas precipitaciones, de más de 5 años, ya había mermado el forraje natural, es decir el pasto de los cerros y montañas y por ende minado la vitalidad de cabras, corderos y vacas.

Hace algunos meses producto de la Sequía este río estaba prácticamente seco.

No obstante aquello, en el viaje que realizamos al sector de Céspedes, en parte alta del Río Illapel,  pudimos observar una gran dicotomía:

  • los temores de los campesinos y crianceros, que a la ciencia de la experiencia cuentan que no habrá pasto hasta octubre 
  • y por otro lado hermosos paisajes, por los cuales muchos amantes de la naturaleza estarían dispuestos a pagar por conocer.

La nieve nos entrega hermosas paisajes, que incluso inflaman el alma de niños que todos llevamos.

 Es que la nieve que tiñe de blanco los empinados cerros siempre está llena de magia, más cuando este se combina con el humo de los hornos de carbón o con las últimas manzanas verdes y rojas que cuelgan olvidadas en sus respectivos árboles.

las cabras y chivos del sector buscan comida en los pocos lugares sin nieve, incluso se comen los mismos espinos que abundan

Es que la nieve le da un saborcito distinto incluso a ese pan amasado aun caliente que con un cariz solidaridad único nos regaló una dueña de casa.

Las heladas que llegan con la nieve afectan de manera importante a los árboles de la zona.
La nieve blanca, que contrasta con los nogales secos, de tantos años resistiendo las embestidas, lentas muy lentas como las que clava la sequía.

Petroglifo

Incluso el viaje nos tenía una sorpresa. Si bien nuestra apuesta era otra, con agrado nos encontramos de frente con un petroglifo, el cual nos recordó que esta zona, a pesar de los dificultosa que es la vida, desde hace muchos siglos, en la época de los Molles y Diaguitas este sector ya era ocupado por el ser humano.

Es con el carbón de espino que arroja este horno, enterrado y escondido que las familias de este sector logran abrigar sus hogares.





2 comentarios:

  1. Hermosas fotos y buen artículo que da cuenta de las necesidades de la zona como la escasez de forraje para los animales y de la importancia del agua para las labores productivas, sobre todo, para los campesinos de Céspedes.
    Además refleja otros elementos importantes del sector como la producción de carbón de espino y la calidez de su gente, reflejado en el pan caliente ofrecido por la dueña de casa.
    Y por supuesto, no podía faltar la fotografía (petroglifo), que demuestra la presencia de nuestras culturas ancestrales en el norte de Chile.
    En síntesis, un aporte interesante, para los que vivimos en el lluvioso sur (Osorno).

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  2. Muy lindas fotos Gabriel esto es una de las cosas que enamora este valle tan hermoso en el que vivimos.

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